miércoles, 7 de agosto de 2013

La última carta de Antoine de Saint-Exupéry




"No hay más Principito, hoy día ni jamás. El Principito está muerto o se volvió totalmente escéptico. Un Principito escéptico no es más un Principito. Estoy resentido con usted por estropearlo. No habrá más cartas, teléfono ni señal. No fui prudente ni pensé que arriesgara pena, pero me lastimé en el rosal cogiendo una rosa. El rosal preguntará: ¿Qué importancia tenía para usted? Ninguna, rosal, ninguna. Nada importa en la vida. No hay más vida. Adiós rosal"



La destinataria de tan agrias palabras era una joven de 23 años, oficial del ejercito francés, casada y embarazada. Al parecer, no había correspondido a los apasionados acercamientos del escritor francés, provocando la amargura y el desdén en Saint-Exupéry. Dos meses después de escribir aquella misiva, el avión del escritor caía en el Mediterráneo. En un principio nadie se atribuyó el derribo, lo que hizo pensar en un accidente a los mandos militares franceses. También corrió paralela la posibilidad de que se tratase de un suicidio, dado el alicaído ánimo que mostró sus últimas semanas de vida. Pero no se encontraron pruebas que señalaran en una u otra dirección. Sin embargo, la aparición en abril de 2004 de restos del fuselaje del Lightning P38 pilotado por el escritor mostraban claras señales de haber sido derribado por balas enemigas.

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