miércoles, 17 de julio de 2013

La tentación de San Antonio Abad - 1946 - Salvador Dalí



En el cuadro se muestra a San Antonio Abad en un desierto, representado como un mendigo, desnudo y despeinado, que arrodillado se apoya sobre una piedra mientras sostiene una cruz hecha con dos varitas con la que intenta protegerse de las tentaciones que lo atacan, con el antiguo gesto del exorcismo. Delante de él hay una calavera.
Las tentaciones, aquellas en las que normalmente suele caer el hombre, son representadas por un caballo y una fila de elefantes, todos estos con sus patas alargadas de forma grotesca y cada uno cargando con una tentación. A saber:

El triunfo, representado con el caballo, el cual tiene sus pezuñas desgastadas y llenas de polvo. Este animal recuerda a los jumentos esqueléticos de los primeros cuadros surrealistas del autor.

El sexo, representado por la mujer sobre el primer elefante.

El oro y las riquezas, representados por los dos elefantes sobre los que hay una pirámide y una casa de oro y dentro de esta última, un busto de mujer que lo aguarda.

Más atrás, otro elefante carga un altísimo monolito sobre su espalda. Detrás de este y sobre las nubes, hay un castillo. En el paisaje desértico, dos hombres discuten y al fondo, un hombre lleva de la mano a su hijo. Un ángel blanco vuela sobre el desierto.

La obra está pintada al óleo sobre lienzo, es surrealista y mide 90 x 119,5 cm. Se conserva en Bruselas en el Musée Royaux des Beaux-Arts.

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