domingo, 10 de marzo de 2013

Dalí.- un olé ante la muerte de Lorca (Entrevista)




DALÍ: Yo amo más los muertos familiares.

BOSQUET: ¿Sus muertos?
DALÍ: Sí, mis cadáveres personales. Son los que poseen la mejor cualidad, los que me producen la impresión de ser eternamente culpable. El primero es Federico García Lorca. En el momento en que me enteré de su muerte experimenté una reacción de bandido. Cuando leí el diario con la noticia comprendí que había sido fusilado. Entonces grité: "Olé". Es así como se expresa en español cuando el toreador ha realizado una acción exitosa delante de la bestia ensangrentada. Me pareció que para Federico García Lorca aquella era la más bella forma de morir: muerto por la guerra civil.

BOSQUET: Me parece repugnante expresarse así del asesinato de un gran poeta.
DALÍ: ¡Sin embargo, es completamente estético! Yo fui siempre enemigo del aspecto folclórico de su poesía. Contenía una enorme dosis de romanticismo, circunstancia para mí inaceptable. Lo deslumbraban demasiado los gitanos, sus canciones, sus ojos verdes, su carne como amasada con olivas y jazmines, en una palabra, todas esas ridiculeces que los poetas gustan desde tiempos remotos. Lorca revelaba la enojosa tendencia a considerar que un gitano era más poético que una guerra civil.
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ALAIN BOSQUET, Dalí desnudado, Paidós, 1967, págs. 42-43

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