domingo, 10 de febrero de 2013

Contra La Pared (2004) de Fatih Akin




Cahit Tomruk (Birol Unel) es un inmigrante turco alcohólico que en Alemania ha sido internado en un psiquiátrico después de intentar suicidarse. Sibel (Sibel Kekilli), también de ascendencia turca, anhela escapar de los límites impuestos por su conservadora familia y finge un sucidio.
Cuando ambos se conocen Sibel, con la intención de liberarse de su familia, le pide a Cahit que se case con ella, dando inicio a una relación que poco a poco va creciendo en emociones.


 Dada una próxima controversia en Alemania por llevar pañuelo en la cabeza y la petición de
los musulmanes más ortodoxos para que sus hijas no reciban educación sexual ni clases de natación, la historia refleja un tema tan actual como explosivo. Para poder retratar de forma convincente y sin estereotipos el choque  cultural entre Alemania y Turquía, el director Fatih Akin intentó ver el tema
desde tres puntos de vista, el alemán, el turco-alemán y el turco. “Intenté crear un buen número de perspectivas desde estos tres puntos de vista”, nos dice Akin. Era muy importante a la hora
de describir a los padres arraigados en la tradición. “Es obvio que estos personajes son muy respetuosos con las tradiciones”, dice el productor Stefan Schubert. “Si no fuera así, la historia no tendría sentido”.


Se adivinan ecos del cine de R.W. Fassbinder en este delirante melodrama sobre un amor loco e improbable, malogrado por la fatalidad. Dos suicidas se casan por conveniencia y acaban enamorándose contracorriente. El recuerdo de una mujer muerta, una cultura que criminaliza la promiscuidad, la vida que todo lo envenena.
Como ocurría con el cine de Fassbinder, el mayor hallazgo de este film es su honestidad. Faith Akin, partiendo de un material que confiesa autobiográfico, mueve la cámara con las vísceras, sin considerar siquiera si lo que cuenta, una historia pasional más allá del bien y del mal, del crimen y la autodestrucción, puede parecer grotesca. Se agradece ese ejercicio de sinceridad, desnuda como el filo de un cuchillo, incluso cuando la película parece navegar sin rumbo, virando de la comicidad al dramatismo, en un irremisible descenso a los infiernos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.