martes, 12 de febrero de 2013

Akira Kurosawa: El emperador del cine y los críticos



Y no es un título rimbombante con el que queramos empezar esta entrada, es que aparte de merecido era ese el calificativo con el que era conocido: "El emperador del cine". Su talento y su influencia son tales que se ven rastros suyos por la filmografía de muchos directores, desde "Los siete magníficos" pasando "Cuatro confesiones", torciendo a la derecha en "Por un puñado de dólares" y llegando hasta "La guerra de las Galaxias" por citar solo algunas de las obras que beben de las ideas de este genial director japonés.

Su obra era difícilmente encuadrable y para los críticos nipones era el director japonés más occidental, y puede que esto tenga algo de verdad cuando se repara en muchas de las influencias literarias que se pueden encontrar en sus obras, así algunas de sus películas son adaptaciones de obras de William Shakespeare como "Ran" que está basado en El rey Lear, "Trono de sangre" en Macbeth, mientras que "Warai yatsu hodo yoku nemuru", (Los canallas duermen en paz) tiene ciertos paralelismos con Hamlet, aunque no está claro que se base en ella.

Pero no se paró en Shakespeare y también dirigió adaptaciones de obras literarias rusas, incluyendo El Idiota de Fiodor Dostoievski o "Donzoko" (Los bajos fondos) de Máximo Gorki. Ikiru (Vivir) trata hasta cierto punto las mismas cuestiones que el cuento de León Tolstoi La muerte de Iván Ilich, e incluso algunos de los hilos argumentales de "Barbarroja" pueden encontrarse en Humillados y Ofendidos de Fiodor Dostoievski.

Y siguiendo con las influencias occidentales vemos que "Tengoku to jigoku" (El infierno del odio) toma ideas de la obra King's Ransom del escritor policíaco estadounidense Ed McBain, "Yojimbo" (El mercenario) guarda similitudes con "Cosecha Roja" de Dashiell Hammett. "El perro rabioso" se inspira en las novelas de detectives del belga Georges Simenon y hasta el germen de "Los siete samuráis" se encuentra en la tragedia clásica griega de Esquilo Los siete contra Tebas.

Y entonces vemos que esa consideración de Kurosawa como el más occidental de los directores nipones no es baladí, y pasamos a leer seguidamente que para la critica occidental era el más japonés de los directores nipones, algo que era debido a la profunda influencia en su cine de la cultura de su país, sobre todo del teatro Kabuki y Noh, y del género Jidaigeki del cine japonés.

El caso es que este inclasificable director, vivía para el cine, estaba siempre volcado en encontrar nuevas ideas y tras conseguir un éxito arrollador con "Rashomon" en 1950, seguido de maravillas como "Vivir" (1952), "Los siete samuráis" 1954, "Trono de sangre" 1957, "Yojimbo" 1961 o "El infierno del odio" en 1963, la crítica, desde sus maravillosos despachos, consideró que la esplendorosa "Barbarroja" (1965) (una de mis películas favoritas) no estaba a la altura, resultando todavía más despiadas las criticas en su siguiente obra "Dodes ka den" (1970).

Este rechazo fue un durísimo golpe para Kurosawa, que quedo sumido en una profunda depresión, máxime cuando a raíz de todas esas críticas se encontró con las puertas cerradas para futuros proyectos, no encontrando en su país productores que le respaldaran. Kurosawa sentía que de ninguna manera podía permitir que los críticos destrozasen tan a la ligera toda una vida dedicada al cine, y en este trance decide suicidarse y haciendo uso de una cuchilla de afeitar se hace numerosos cortes en el cuello y la garganta, no logrando su propósito por la rápida intervención de una asistenta que tras descubrirlo aviso al resto de la familia y le vendaron de urgencia las heridas antes de que se desangrase.

Fue por esta época, no sé si antes o después cuando Kurosawa le dijo a su sobrino: "Un hombre que se suicida siempre tiene una razón que llevarse a la tumba, así que no trates de descubrirla"

Y fue una verdadera suerte que no lograra su mortal propósito, porque una vez recuperado física y anímicamente la financiación llegó, no de su país que le había dado la espalda, sino de Rusia, gracias a lo cual pudo hacer la sensacional "Dersu Uzala" con la que logró premios tan dispares en aquella época como el gran premio del Festival de Moscú y el Oscar a la mejor película extranjera en 1975. Posteriormente llegaría el apoyo de sus admiradores George Lucas y Coppola que le ayudan a financiar "Kagemusha", a la que seguirían la sensacional "Ran" y la colorida "Los sueños de Akira Kurosawa" esta vez con la ayuda de Spielberg y George Lucas…

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