martes, 29 de enero de 2013

Victor Hugo, pillado "in fraganti"




El 5 de julio de 1845 el gran escritor francés Victor Hugo se llevó el peor susto de su vida cuando llamaron a la puerta. Se hallaba haciendo el amor con una mujer, Leonie D'Aunet de Biard, esposa de Auguste Biard, un pintor de cierto prestigio de la Francia de entonces, y quien llamaba no era un don nadie, sino un comisario de policía que sabía no sólo que estaba dentro, sino con quien estaba. Al comisario le acompañaba el engañado marido. Y como Victor Hugo no quiso abrir, los hombres de la policía procedieron a tirar la puerta abajo. Los encontraron a los dos en paños menores en el lecho de placer, abrazados.

Léonie fue inmediatamente detenida e internada en la cárcel parisina de mujeres de Saint-Lazare, la misma a la que años después iría a pintar Pablo Picasso durante su época azul. Victor Hugo se libró de seguir el mismo destino por su privilegio de inmunidad como par de Francia. El adulterio era, en aquella época, un delito que se castigaba con prisión para las dos partes, al hombre y a la mujer. La noticia tampoco alcanzaría las páginas de los rotativos, pero todo París se enteró del traspiés del presidente de la Academia Francesa de las Letras. Todos menos su esposa, Adéle Foucher, con la que estaba casado desde hacía veintitrés años -era padre de cinco hijos, tres varones y dos muchachas- y su amante oficial, Juliette Drouet, una mujer escultural que sirvió de modelo para la estatua de Lille, en la Plaza de la Concordia de París, y a la que mantenía en una casa alquilada, no muy lejos de la suya, con todos los gastos pagados y sin otra ocupación que esperar a que la visitara.
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CARLOS BERBELL, Los más influyentes amantes de la historia, Rueda, Madrid, 1998, pág. 135

Imagen: Victor Hugo con sus nietos
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