domingo, 21 de octubre de 2012

Meryl Streep, por ella misma



" Siempre he buscado recopilar experiencias para devolverlas al mundo "

"Nunca he estado guiada por razones estratégicas, ni han existido por mi parte un excesivo control de guiones. Soy como esa chica que espera que la saquen a bailar. En estos momentos la industria está más interesada en gente de mi edad, porque los productores son gente de mi generación. Además cada vez hay más mujeres involucradas en el proceso de financiación. Recuerdo como un tesoro las palabras de Bette Davis cuando me dijo que solo yo podía ser su sucesora, fue todo un privilegio viniendo de tan memorable actriz, aunque no creo que haya sucesoras, por la simple razón de que, considero que mientras estas vivo la profesión no finaliza".

"Tras 35 años de carrera siento que debo sorprenderme a mi misma, sorprender a los demás. A veces pienso: deben estar hartos de mí. Cuando uno trabaja en una película está al tanto de todo, se da cuenta de las cosas buenas y las malas. Abordar la espera, cuando estás rodando, es difícil".

"He conocido a muchas compañeras con una vida nada fácil, eran grandes actrices y delante de la cámara se portaron con enorme profesionalidad, podría dar nombres, pero no me gusta hacerlo. He visto al terminar nuestra labor vidas destrozadas por la heroína, el alcohol y toda clase de drogas. Recuerdo una noche cuando terminé mi labor en uno de mis últimos films, tuve la visita de un equipo de profesionales que venían para la ceremonia de los Oscar, entre ellos estaba Pedro Almodóvar, al que admiro enormemente, y Penélope Cruz, junto con otros muchos. Noté que Penélope no dejaba de mirarme, resultaba incomodo, estaba desmaquillándome, enfundándome en mi ropa personal y ella seguía observándome. Me dijo: "No puedo pensar que estoy a tu lado, te besaría mil veces, eres como una madre, te admiro tanto.....". La miré sonriendo: "Penélope, en esta profesión hay mucho egocentrismo, a los actores nos gusta oír cosas agradables, pero no olvides nunca que no debes intentar comerte el pastel entero, saboréalo primero, nunca corras por alcanzar la cima, hazlo, pero sin prisas". Creo que era un buen consejo, porque sé lo que cuesta el éxito, a mi me produjo mucho trabajo conseguir el puesto que tengo y lo alcancé duramente. No quisiera que Penélope y muchas como ella sean como esas compañeras que comenté anteriormente, que después de apagarse los focos, caen en la droga, el alcohol y en manos poco recomendables....... En fin...tal vez sea cierto que soy como una madre."

"La maternidad tiene un efecto humanizador; todo se reduce a lo esencial"

"Es algo que tengo que hacer. Soy infeliz cuando no actúo",

-"Cuando cumplí los cuarenta años le dije a mi marido que ya podíamos pensar en vivir fuera de Nueva York porque pensaba que estaba llegando la hora de jubilarme, pero creo que, en estos momentos, la industria cinematográfica, en la que abundan las mujeres, está al fin más interesada en gente de mi edad".

-"Cuando era niña soñaba con ser traductora de la ONU, porque desde sus cabinas hacían algo para lograr la paz. Creo que en mi vida he tenido la oportunidad de cumplir ese sueño".

 "Podría estar muerta, enterrada o en una residencia de ancianos para actores con estas edades que tengo. Ahora y desde hace 20 años"

"He sido una privilegiada, siempre representando esas vidas tan interesantes. Amo a todas las mujeres a las que he dado vida, gente tan diferente y a la vez tan atractiva"

“La idea de que debes tener un físico y una edad determinados para merecer el amor es ridículo…Para alguien de mi edad es inusual hacer escenas de amor y de sexo. Pero se demuestra que estamos sumidos en la ignorancia. Porque, sabes, todavía estamos vivos. Somos tú y yo, cariño. Es auténtico. Queremos lo que queremos, no importa qué forma tenga. Es emocionante ver a gente real en la pantalla”.


"Me gusta encarnar en escena o en el cine todo tipo de mujeres, fuertes, débiles, insoportables pero sobre todo difíciles; aunque yo sigo pensando que en realidad cada una es la variante de una sola, siempre la misma"

"Cuando uno hace lo que le gusta nada es difícil. Te concentras y trabajas duro, eso es todo. Trabajar frente a un robot o con efectos especiales sí me parece difícil".

"Para salir de mi personaje al final de la jornada, mi realizadora, Phyllida Llyod, me daba un gin-tonic".

"¿Qué precio debo pagar para ser actriz ? Por ejemplo: hay cuatro museos de arte en Berlín que no podré visitar. No me quejo mucho de mi vida como artista, pero sé que pierdo mucho arte".

"La gente puede intimidarse cuando vamos a rodar. El comienzo de un rodaje es lo más difícil. Uno tiene sus trucos para esconder su inseguridad. El miedo es importante como carburante, porque si no sientes miedo es que algo anda mal".

"Cuando leo un guión que me gusta es porque me toca alguna fibra, y algo resuena en mí, entonces me digo: debo hacer esa película".

"Con respecto a 'La decisión de Sophie' y al Holocausto tengo que contar que a los diez años mi mamá me dejó un día en una biblioteca. Agarré un libro, lo abrí y vi en una foto una enorme cantidad de muertos. Los zapatos sobre los cuerpos se parecían a los de mi mamá. Pensé que eso podía volver a ocurrir".

"Crecí en Nueva Jersey, una ciudad de 10.000 habitantes. Y pensar que tantos años después iba a recibir un Oso de Oro de la Berlinale, el festival de cine más prestigioso del mundo, es un verdadero sueño".



"El nivel de actuación de las actrices hoy en día es elevado, precioso, con mucho coraje. Hay gente que actúa de manera extraordinaria y ni siquiera ha sido nominada para el Oscar. Cada año nos centramos en el Oscar a causa de la maquinaria de la publicidad, pero ustedes los periodistas deben hacer que otras actrices, otras películas que no son tan publicitadas, sean conocidas".

"Como actriz debo mirar siempre aquí y allá, ver lo que me gustaría, lo que me apasionaría hacer después. El artista no es como un científico que tiene un objetivo, por ejemplo encontrar un remedio contra el cáncer. En mi oficio no se puede planificar lo que haremos después de terminada una película. Cuando estamos trabajando nos concentramos en el presente, en el ahora. Eso es todo".


Meryl Streep es una actriz enormemente versátil que  ha sabido alternar con inteligencia los papeles de mujer enigmática y torturada con los de ama de casa americana en un contexto voluntariamente neutro y cotidiano. Por otro lado, su físico de rubia diáfana le permite abordar todos los géneros, parecer una víctima frágil o interpretar a mujeres obstinadas. Destaca en ella su habilidad para imitar acentos y cambiar de aspecto físico, poder que le confiere ser la mejor actriz viva de la era moderna Y poder decir con total libertad todo lo que piensa. No tiene pelos en la lengua, lo mismo arremete con George Bush que con Bill Clinton; es feminista ,una pacifista nata que aborrece las guerras y que hace todo lo posible por concienciar a la gente sobre la necesidad de luchar contra el calentamiento global.
Así es la actriz más querida y respetada por sus compañeros de profesión. Abandonó Hollywood diciendo:
" Me volvía loca, tenía que lavarme el pelo para llevar a mis hijos a la escuela, era insoportable".
Pese a esta declaración, rechaza todo tipo de cirugía y adora los cambios que el cuerpo experimenta con la edad. 

Mary Louise Streep, más conocida como Meryl Streep (n. Summit; 22 de junio de 1949), fue la primogénita del ejecutivo farmacéutico Harry William Streep y, su esposa, Mary, diseñadora publicitaria. El matrimonio educó a sus tres hijos (Mary, Harry y Dana) en la fe bautista. En la escuela, Meryl, como la llamaban en casa, no fue una alumna popular pero la percepción que tenía de sí misma cambió cuando animada por los aplausos que recibía en las obras de la escuela, empezó a estudiar arte dramático Poco después amplió sus estudios de interpretación con nociones de música y ópera en la Universidad de Yale. En la ardua búsqueda de trabajo, Meryl estaba segura de sus cualidades interpretativas y con el paso del tiempo aprendió a cambiar parte de su aspecto físico para sentirse más a gusto, tiñéndose el pelo de rubio, quitándose el corrector dental y usando lentillas.
A finales de los 70 conoció a John Cazale (actor que interpretó al hermano mayor de Michael Corleone en la película El Padrino) de quién se enamoró. Compartieron rodaje en El cazador haciendo despegar su carrera como actriz de cine. Se fueron a vivir juntos al apartamento del actor, pero todo se truncó cuando a John le diagnosticaron un cáncer de huesos. Meryl dejó su trabajo para cuidarle y estuvo a su lado hasta su fallecimiento, en marzo de 1978. Fueron momentos especialmente duros para la actriz.
Sola en la ciudad de los rascacielos, Meryl se sentía desorientada y temía volver al apartamento neoyorquino que había compartido con su pareja. Su hermano Harry le sugirió que se mudara al estudio de un amigo suyo (Don Gummer) mientras éste estaba de vacaciones. Cuando el escultor regresó, Meryl y Don se convirtieron en amigos inseparables y en septiembre de ese mismo año se casaron. En 1979, se llevó el Óscar a la mejor actriz secundaria y el Globo de Oro por Kramer contra Kramer, una alegría que sólo se vio superada con el nacimiento de su primogénito, Henry. Su segundo Óscar le llegó gracias a su interpretación en La decisión de Sophie en 1982. Al año siguiente nació su hija Mary Willa, la única que ha seguido sus pasos artísticos con el nombre de Mamie Gummer y por ello, toda la familia se trasladó a un enorme rancho en Connecticut, en la costa este de EE.UU., lejos de Los Ángeles, para no someter a su familia a la presión mediática. Consecuente con esta actitud, jamás ha posado en revistas junto a sus hijos para decir lo buena madre que es y rueda una película al año, de ser posible en verano, para pasar más tiempo con los suyos.
En 1986 nació su tercera hija, Grace Jane, circunstancia que le hizo dedicarse casi por completo a la vida familiar, y en 1991 nació su última hija, Louisa Jacobson.
Admiradora de Katharine Hepburn y Simone Signoret, pero sobre todo, de la legendaria y polifacética Bette Davis, de quien confiesa ha sido su más grande modelo en la actuación, Meryl nunca se ha considerado una estrella. Le gusta la vida sencilla, hace las compras en el supermercado, cocina para toda la familia y ella misma atiende el teléfono.
Con respecto a su vida profesional, podemos situar sus inicios en la década de 1970.
Debuta en televisión con la serie Holocausto, por la que es premiada con el Emmy a la Mejor Actriz. Su debut cinematográfico fue en Julia (1976) de Fred Zinnemann, si bien aparece sólo en dos secuencias. En 1978 es nominada al Óscar a la mejor actriz secundaria por El cazador de Michael Cimino, en cuyo rodaje se enamoró del actor John Cazale, que enfermó y al que ella cuidó hasta su muerte abandonando incluso su trabajo. Luego apareció en Manhattan y Kramer vs. Kramer, ambas de 1979, ganando el Oscar a mejor actriz de reparto por esta última. En los 80, después de aparecer en papeles secundarios en las tres películas mas importantes de los 70, Streep consiguió un papel protagónico en La mujer del teniente francés, película por la cual consiguió su primera nominación al Óscar por mejor actriz. Su primer premio en esta categoría lo ganó por La decisión de Sophie, un fuerte drama donde hace el papel de una polaca sobreviviente del holocausto. Gracias a su gran actuación y demostración de una gran habilidad de imitar el acento polaco fue galardonada con el Oscar y el Globo de Oro, entre otros premios importantes.
Su siguiente película fue un biopic llamado Silkwood, por la cual fue nominada al Oscar también. Entre 1984 y 1990 Meryl Streep fue nominada cuatro veces más al Oscar por Mejor Actriz, por las películas Ironweed, Memorias de África, A Cry in the Dark y Postales desde el filo.
Aunque debutó en el mundo artístico con papeles cómicos en los 80, la mayoría de sus trabajos de esta época son dramáticos, lo que en cierta manera ha condicionado su imagen pública asociándola al melodrama y ha convertido a Meryl Streep en blanco de parodias y chistes. En realidad, ella rehuye el encasillamiento seleccionando papeles muy dispares.
En 1990 obtiene es nombrada "Favorita del Mundo". En esta década, se aprecia una mayor variedad de registros en sus papeles, con un mayor protagonismo de la comedia. Se puede mencionar la película La muerte os sienta tan bien, una comedia de esos años que satiriza la moda de la cirugía plástica y el ansia de la eterna juventud.
Grandes éxitos posteriores son Los puentes de Madison de Clint Eastwood, Adaptation de Spike Jonze y The Manchurian Candidate de Jonathan Demme. En 1996 protagoniza junto a sus grandes amigos Diane Keaton y Robert De Niro La habitación de Marvin.
Con la nominación al Óscar por Adaptation sumó 13 candidaturas y se convirtió así en la actriz más nominada en la historia de los Óscar, superando a la mismísima Katharine Hepburn. Aumentaría su record cuatro años más tarde al recibir su 14ª nominación por El diablo viste de Prada. Lo mismo le pasó en 2008 en el caso de los Globos de Oro con la doble nominación por Mamma Mia! y La duda, que la alzaron a 23 nominaciones en total, superando a las 22 que tuvo Jack Lemmon. En 2009, protagoniza la comedia culinaria Julie & Julia junto a Amy Adams, película por la cual obtiene su décimo-sexta nominación al Óscar.
En 2008, es premiada por el Festival de Cine de San Sebastián con el Premio Donostia a su carrera.


¿Qué tiene Meryl Streep que no tiene el resto? ¿Por qué se ha convertido en una de las pocas actrices con casi 60 años y que aún hoy sigue estando en activo? Ninguno ha logrado en vida lo que esta camaleónica actriz ha conseguido: 23 nominaciones a los Globos de Oro, superando al mismísimo Jack Lemmon que obtuvo 22, y 15 candidaturas al Oscar. La actriz es “Una leyenda viva de Hollywood”, así la definen los que la siguen. Leyenda viva, algo que puede sonar un tanto contradictorio, como apellidarse Streep y no creerse una estrella.
Muchas veces cuando se habla de grandes actrices suelen aparecer nombres como los de Bette Davis, Elizabeth Taylor, Katharine Hepburn, Marlene Dietrich, Greta Garbo, Ingrid Bergman, Audrey Hepburn, Jane Fonda, Faye Dunaway y un largo etcétera. Meryl Streep debe considerarse una más en esta mítica lista porque se lo ha ganado ampliamente: a lo largo de más de 60 películas ha demostrado una calidad interpretativa excelsa y se ha convertido, por derecho propio, en la mejor actriz en activo y una de las mejores de la historia del cine. Esta fabulosa actriz ha dejado excelentes actuaciones en importantes obras del séptimo arte, pero sin renunciar a su vida personal y familiar, sin dejar escapar una felicidad largamente buscada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.