domingo, 14 de octubre de 2012

Léolo (Jean-Claude Lauzon, 1992).- Fragmentos del guion



“Porque sueño yo no estoy loco
Porque sueño, yo no lo estoy.
Porque sueño, sueño.
Porque me abandono por las noches a mis sueños, antes de que me deje el día.
Porque no amo.
Porque me asusta amar, ya no sueño.
Ya no sueño.”


"El domador de versos se pasaba las noches hurgando en todas las basuras del mundo. El domador cree que las imágenes y las palabras deben mezclarse en las cenizas de los versos para renacer en la imaginación de los hombres. “Hay que soñar, Léolo… Hay que soñar.”



“A ti, la dama. La audaz melancolía, que con grito solitario hiendes mis carnes ofreciéndolas al tedio. Tú que atormentas mis noches, cuando no sé qué camino de mi vida tomar. Te he pagado 100 veces mi deuda. De las brasas del ensueño, sólo me quedan las cenizas de una sombra de la mentira que tú misma me habías obligado a oír, y la blanca plenitud no era como el viejo interludio. Y sí una morena de finos tobillos que me clavó la pena de un pecho punzante en el que creí. Y que no me dejó más que el remordimiento de haber visto nacer la luz sobre mi soledad.

...E iré a descansar, con la cabeza entre dos palabras, en el valle de los avasallados.”


"Era el único libro que había en casa. Nunca me pregunté como había ido a parar ahí. Era gordo, las palabras se amontonaban unas sobre otras y exigían mucho esfuerzo de concentración para desvelar su secreto. En casa nunca había visto a nadie leer o escribir. La tele, los carteles publicitarios, invadían mi mente. Al principio sólo leía las frases subrayadas sin entender demasiado. Recuerdo haber querido dejarlo porque no tenía ilustraciones."

"El miedo le dio desde aquel día, una razón de ser. Así nunca más Fernand tendrá miedo de nadie. Y cuando mi hermano sea una montaña, tampoco tendré miedo. Y podré ir por todas las callejuelas de la Tierra, o decir a todos los mierdas de este mundo lo que pienso de ellos. Ay de aquéllos que no inclinen la cabeza a nuestro paso. Hasta los árabes y los judíos tendrán miedo de mí, de lo alto que estaré sobre los hombros de mi hermano."

"Yo quería a Fernand por la ternura de su ignorancia"

"Mi padre era un hombre como tantos otros. Un perro que mordía su vida perra. Surcado por unas arrugas que nada decían de su cara salvo para gritar la edad que las había cavado. Tenía una expresión como de hola y adiós, como de un eterno y sencillo mediodía, mermado por un puñado de tiempo. Su frente se extendía hasta el día siguiente de su barbilla donde el cuello se aferraba desesperadamente a unos hombros ventrudos."

"Dicen que es mi padre, pero yo no soy su hijo, porque este hombre esta loco y yo no."



"Mi madre nos regaló una bonita rosa de plástico. Teóricamente para alegrar nuestra habitación, por eso de que la flor es una imagen o más bien, una idea de la naturaleza. Su rojo escarlata estaba asfixiado por el polvo que cada vez loa iba matando más. Si al menos alguien de la familia pudiera darse cuenta de que esta flor carece de naturalidad. Con su etiquetita dorada “made in Hong Kong” pegada bajo un pétalo. Bastaría con un pequeño gesto sin esfuerzo para despegar esa etiqueta y empezar a creer en esa ilusión. Pero me niego a tocarla. No quiero hacerme un lugar en este cementerio de cuerpos vivientes. Pero resulta que mis dedos del pie me recuerdan que estoy aquí. Salen de un agujerito en el extremo de mi manta. Cada día, sin que yo mismo me dé cuenta, consigo asomar un dedo más que el día anterior. Mañana asomaré mi pie entero. Y mi pierna. Y pronto será mi cuerpo. Siento que debo abandonar esta vida antes de estrangularme con este agujero."



"Mi abuelo, sin ser un hombre malo, ya había intentado matarme. Recuerdo que no me asusté, y que soñé con la hermosura del tesoro. A lo mejor era porque ya estaba muerto."


 "¿Cuándo vas a bajar de las nubes? deberías hacer los deberes en vez de escribir tonterías"

"Me despierto muy temprano. Mi vuelta del campo de los sueños es brutal al entrar en el país de lo cotidiano."

"- Buenos días, ¿Quién quiere hablar el primero hoy?. ¿Por qué no tú, Leo?

- Porque yo me llamo Léolo Losone. Además, no se habla con los desconocidos."

"En ese momento, sólo podía pensar en una maravillosa escena de película. Y como siempre, me contemplaba a mí mismo jugando a la vida."

"Un vendedor ambulante gritaba en el vacío. Todavía queda sangre esta mañana para emborronar 100 páginas. Todavía hay gente que las compra para satisfacer su rabia."


"John y Mary eran nuestros guías de la lengua inglesa. Los modelos de la perfecta conveniencia. En la escuela, me parecía que yo era el único inquieto. El único en angustiarse por el hecho de que faltasen detalles en el cuerpo de John t Tintín. A los 12 años, sabía que “nose” quería decir nariz en inglés y el Congo, una antigua colonia belga de África ecuatorial. Pero nadie hablaba de esa cola que se hinchaba entre mis piernas. Estaba ausente en la tabla de los órganos de John. No sabía ni el nombre inglés ni el francés de esa cosa. Durante mucho tiempo, creí que los ingleses no tenían…"


"Se acerca la primavera. Los pájaros no paran de berrear que están hartos del invierno. Fernán los acompaña con sus ronquidos grasos y mucosos. Siento arcadas cada vez que respira. Su camiseta es el único escudo de su pudor. Descansa tan consciente como de costumbre. 100 kilos de músculos. Un magnífico bebé demasiado grande."


"Siento que debo abandonar esta vida antes que estrangularme con este agujero"

2 comentarios:

  1. De las brasas del ensueño, sólo me quedan las cenizas de una sombra de la mentira que tú misma me habías obligado a oír, y la blanca plenitud no era como el viejo interludio..

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